Gracias a Dios, las Hermanitas no estamos solas; numerosos amigos y voluntarios están cerca de nosotras ayudándonos en nuestras tareas y aportando una ayuda preciosa formando también parte de la gran familia de Santa Juana Jugan.

Hay mil maneras de ayudar y amar a los ancianos. Algunos tienen necesidad de amistad para salir de su soledad, necesitan amigos que los visiten o les escriban. A veces la pesadez de los años se hace sentir y es para ellos un gran consuelo la presencia de personas que se hagan próximos y que sepan confortarles y escucharles con respeto.

En las casas de las Hermanitas los servicios que se pueden prestar son muy diversos: acompañar a los ancianos cuando tienen que salir como visitas al médico o que desean hacer alguna compra, ayudar en el servicio de las comidas y otras tareas hospitalarias, preparar fiestas, colaborar en las actividades organizadas para la animación de los ancianos.

Otros voluntarios aseguran su presencia en la portería y algunos trabajan en el jardín… Todos estos amigos están siempre presentes en la oración de las Hermanitas y de los Residentes recibiendo además como recompensa la satisfacción profunda que proporciona el poder dar y recibir gratuitamente.