BIENHECHORES
Durante 10 años ininterrumpidos Juana Jugan caminaba por las calles de Bretaña buscando limosnas para sostener a los Ancianos. Jamás fue decepcionada por Aquel en quien había puesto su confianza. Ante la admiración de todos, el número de Ancianos pobres crecía sin cesar y sus Bienhechores como los llamaba también.
Actualmente las Hermanitas de los Pobres prosiguen la tradición iniciada por Santa Juana Jugan visitando a las personas que generosamente comparten sus bienes materiales y tocando las puertas también de empresas, mercados, ferias, entidades, etc, que con sus aportes colaboran para el sostenimiento de las casas y el bienestar de todos los Ancianos.
Junto a los Residentes las Hermanitas ofrecen un tiempo privilegiado de oración para agradecer por los beneficios que diariamente reciben de manos de todos sus benefactores y que como decía Juana Jugan: ¡Cuánto agradecimiento los debemos a nuestros bienhechores! Sin ellos ¿Qué podríamos hacer por nuestros queridos ancianos? Recemos, recemos mucho por sus intenciones.